Sus discípulos recordaron la Escritura que dice: “¡Mi devoción por tu casa es como un fuego que arde dentro de mí!”
Mi devoción me consume porque mis enemigos ignoran tu palabra.
Mi devoción por tu casa me consume por dentro. Me tomo a pecho los insultos de quienes te maldicen.
Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda.
Después que Jesús se levantó de entre los muertos, sus discípulos recordaron lo que él dijo, y por esto creyeron en la Escritura y en las propias palabras de Jesús.