“¡No, no lo sueltes a él! ¡Preferimos que sueltes a Barrabás!” volvieron a gritar. Barrabás era un rebelde.
Entonces Jesús le dijo a la turba: “¿Han venido con espadas y palos para arrestarme como si yo fuese algún criminal? Todos los días me sentaba en el Templo a enseñarles y en ese momento no me arrestaron.
En esa época, estaba preso un hombre llamado Barrabás.
Entonces Pilato liberó a Barrabás, pero mandó a azotar a Jesús y a crucificarlo.
Por complacer a la turba, Pilato liberó a Barrabás. Primero mandó a azotar a Jesús y luego lo entregó para que lo crucificaran.
Y uno de los prisioneros era un hombre llamado Barrabás, quien pertenecía a un grupo de rebeldes que había cometido asesinatos durante una revuelta.
Entonces liberó al hombre que estaba encarcelado por rebelión y asesinato, pero mandó a matar a Jesús conforme a las exigencias de ellos.