Si yo no les hubiera dado una demostración mediante cosas que nadie ha hecho antes, ellos no serían culpables de pecado; pero a pesar de haber visto todo esto, me odiaron a mí y también a mi Padre.
No debes inclinarte ante ellos ni adorarlos, porque yo soy el Señor tu Dios y soy celosamente exclusivo. Yo pongo las consecuencias del pecado de los que me odian sobre sus hijos, sus nietos y sus bisnietos;
Los ciegos pueden ver, los paralíticos pueden caminar, los leprosos son sanados, los sordos pueden oír, los muertos han vuelto a vivir y los pobres escuchan la buena noticia.
“Juan vino para mostrarles a ustedes la manera correcta de vivir con Dios, y ustedes no creyeron en él, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas creyeron en él. Después, cuando vieron lo que sucedió, ustedes tampoco se arrepintieron ni creyeron en él.
Cuando el demonio fue expulsado de él, el hombre habló, y las multitudes estaban maravilladas. “Nunca antes había ocurrido algo como esto en Israel”, decían.
Entonces el paralítico se levantó, recogió su camilla y caminó frente a todos los que estaban allí. Y todos estaban asombrados, y alababan a Dios, diciendo: “¡Nunca hemos visto algo así!”
“¿Qué cosas?” preguntó Jesús. “Sobre Jesús de Nazaret”, respondieron ellos, “Él era un profeta que hablaba con gran poder y realizó grandes milagros ante Dios y todo el pueblo.
Jesús respondió: “He estado con ustedes por tanto tiempo, Felipe, ¿y sin embargo aún no me conoces? Todo el que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir ‘muéstranos al Padre’?
Él vino por la noche donde Jesús estaba y le dijo: “Rabí, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte Dios, porque nadie podría hacer las señales milagrosas que tú estás haciendo a menos que Dios esté con él”.
Es la buena noticia sobre Jesús de Nazaret y cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo, con poder, y cómo anduvo por todas partes haciendo el bien, sanando a todos los que estaban bajo control del diablo, porque Dios estaba con él.
“Pueblo de Israel, escuchen esto: como bien lo saben, Jesús de Nazaret fue un hombre confirmado por Dios ante ustedes por medio de los milagros poderosos y las señales que Dios hizo por medio de él.
No debes inclinarte ante ellas ni adorarlas, porque yo soy el Señor tu Dios y soy celosamente exclusivo. Yo pongo las consecuencias del pecado de los que me odian sobre sus hijos, nietos y bisnietos;
y engañarán a otros, con total desconsideración. Son personas absurdamente vanidosas, que viven con tanto interés por el placer que no se preocuparán por amar a Dios.
¡Adúlteros! ¿No se dan cuenta que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios? Los que quieren ser amigos del mundo se convierten en enemigos de Dios.