El amo de ese siervo regresará sorpresivamente un día, en el momento que no lo esperaba el siervo, y lo castigará severamente, tratándolo como un completo siervo infiel.
Si yo no les hubiera dado una demostración mediante cosas que nadie ha hecho antes, ellos no serían culpables de pecado; pero a pesar de haber visto todo esto, me odiaron a mí y también a mi Padre.
“Tú no tendrías ningún poder a menos que se te conceda desde arriba”, le respondió Jesús. “Así que el que me entregó en tus manos es culpable de mayor pecado”.
Desde la creación del mundo, los aspectos invisibles de Dios—su poder y divinidad eternos—son claramente visibles en lo que él hizo. Tales personas no tienen excusa,
Así que si juzgas a otros, no tienes excusa, quienquiera que seas. Pues en todo lo que condenas a otros, te estás juzgando a ti mismo, porque tú haces las mismas cosas.