“Yo les dejo paz; les estoy dando mi paz. La paz que yo les doy no se asemeja a ninguna cosa que ofrezca el mundo. No dejen que sus mentes estén ansiosas, y no tengan miedo.
Pero si Dios quiere guardar silencio, ¿quién puede condenarlo? Si decide ocultar su rostro, ¿quién podrá verlo? Ya sea que se trate de una nación o de un individuo,
¡No tengan miedo, porque yo estoy con ustedes! No tengan miedo, porque yo, su Dios, los haré fuertes, y ciertamente los ayudaré. Los apoyaré con mi mano fuerte, actuando a favor de lo que es justo.
Porque nos nacerá un niño, se nos dará un hijo. Él llevará la responsabilidad de gobernar. Se llamará Consejero maravilloso, Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de la paz.
“Hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de lo que digan. No tengas miedo aunque estés rodeado de zarzas y espinas, aunque vivas entre escorpiones. No tengas miedo de lo que digan ni te desanimes por la forma en que te miran, aunque sean una familia rebelde.
Él fue quien construyó el Templo del Señor y a él se le dará el honor de gobernar tanto desde el trono real, como desde el trono de sumo sacerdote, y habrá paz y comprensión en sus dos funciones.
Les he dicho todo esto a fin de que tengan paz porque ustedes son uno conmigo. Ustedes sufrirán en este mundo, pero sean valientes— ¡Yo he derrotado al mundo!”
Esa noche, siendo el primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron a puerta cerrada porque tenían mucho temor de los judíos, Jesús llegó y se puso en medio de ellos y dijo: “Tengan paz”.
Una semana después, los discípulos estaban reunidos dentro de la casa y Tomás estaba con ellos. Las puertas estaban cerradas, y Jesús llegó y se puso en medio de ellos. “¡Tengan paz!” dijo.
Les escribo a todos ustedes que están en Roma, que son amados de Dios y están llamados para ser su pueblo especial. ¡Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo!
¡Que el Dios de esperanza los llene por completo de todo gozo y paz, como sus creyentes, a fin de que puedan rebosar de esperanza por el poder del Espíritu Santo!
Aunque éramos sus enemigos, Dios nos convirtió en sus amigos por medio de la muerte de su Hijo, y así podemos estar totalmente seguros de que él nos salvará por la vida de su Hijo.
y por medio de él reconciliar todas las cosas en el universo consigo mismo, pues logró la paz por medio de la sangre de su cruz, reconciliando a todos los que están en la tierra y en el cielo con él.
Ahora pues, que el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, y lo hizo con la sangre de un pacto eterno,
Y Abrahán le dio diezmo de todo lo que había ganado. El nombre Melquisedec significa “rey de justicia” mientras que el rey de Salem significa “rey de paz”.
Esta carta viene de parte de Juan y es enviada a las siete iglesias en la provincia de Asia. Tengan gracia y paz de Aquél que era, es, y vendrá, y de los siete Espíritus que están delante de su trono,
No tengas miedo respecto a las cosas que vas a sufrir. Sí, el diablo llevará a muchos de ustedes a la cárcel, y sufrirán persecución durante diez días. Solo mantente fiel, incluso si esto implica la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Pero los cobardes, los que no confían en mí, los que hacen cosas aborrecibles, los asesinos, los que comenten inmoralidad sexual, los que practican hechicería, los que adoran ídolos, los mentirosos, tienen su lugar escogido en el lago que arde con fuego y azufre. Esta es la segunda muerte”.