el Espíritu de verdad, que siempre estará con ustedes. El mundo no puede aceptarlo porque ellos no lo buscan y no lo conocen. Pero ustedes lo conocen porque él vive con ustedes y estará en ustedes.
Esto es lo que dice el que está por encima de todo, el que vive en la eternidad, cuyo nombre es santo: Yo vivo en un lugar alto y santo, junto a los que se arrepienten y actúan con humildad, restaurando sus espíritus y animándolos.
Este es mi acuerdo con ellos, dice el Señor. Mi Espíritu, que está sobre ti, no te dejará, y mis palabras que te he dado para que las pronuncies estarán siempre en tus labios, en los de tus hijos y en los de tus descendientes, desde ahora hasta siempre, dice el Señor.
Sin embargo, cuando el Espíritu de verdad venga, él les enseñará toda la verdad. Él no habla por su propia cuenta, sino que solo dice lo que escucha, y les dirá lo que va a suceder.
Por supuesto, las personas que no son espirituales no aceptan lo que viene del Espíritu de Dios. Para ellos solo es necedad, y no pueden entenderlo, porque lo que es espiritual necesita examinarse de manera apropiada.
Examínense ustedes mismos y vean si están confiando en Dios. Pónganse a prueba. ¿No se dan cuenta de que Jesucristo está en ustedes? A menos que hayan fallado en la prueba…
¿Qué compromiso podría existir entre el Templo de Dios con los ídolos? Pues nosotros somos Templo del Dios vivo, tal como Dios dijo: “Viviré en ellos y caminaré en medio de ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”.
Para demostrar que ustedes son sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, haciéndonos clamar: “Abba”, que quiere decir “Padre”.
Pero el ungimiento que recibieron de él por medio del Espíritu vive en ustedes, y no necesitan que nadie los enseñe. El ungimiento del Espíritu les enseña todas las cosas. Esa es la verdad. No es una mentira. Así que vivan en Cristo, como se les ha enseñado.
Sin embargo, nosotros pertenecemos a Dios y todo el que conoce a Dios, nos escucha; pero los que no pertenecen a Dios, no nos escuchan. Así es como podemos distinguir el espíritu de verdad del espíritu de engaño.
Si tienes oídos, escucha lo que el Espíritu dice a las iglesias. A los que sean victoriosos les daré del maná escondido. Les daré una piedra blanca con un nombre nuevo escrito en ella, el cual nadie conoce sino solo quienes la reciben.