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Referencias Cruzadas
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Juan 11:40

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“¿No te dije que si crees en mi verás la Gloria de Dios?” respondió Jesús.

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15 Referencias Cruzadas  

A la mañana siguiente se levantaron temprano y fueron al desierto de Tecoa. Al salir, Josafat se levantó y dijo: “Escúchenme, pueblo de Judá y de Jerusalén. Confíen en el Señor, su Dios, y serán reivindicados; confíen en sus profetas, y tendrán éxito”.

Te veo en el Templo. Contemplo tu poder y tu gloria.

Que nosotros, tus siervos, veamos otra vez tus obras por nosotros que nuestros hijos vean tu gloria.

y por la mañana verán la gloria del Señor desplegada al responder a las quejas que los ha oído hacer contra él. ¿Por qué debería quejarse con nosotros? ¡No somos nadie!”

hol“Porque ustedes no creen lo suficiente”, les dijo Jesús. “Les digo que aún si la confianza de ustedes fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, ustedes podrían decir a esta montaña ‘muévete de aquí para allá,’ y esta se movería. Nada sería imposible para ustedes”.

“¿Por qué dices, ‘si puedes?’” respondió Jesús. “¡Todo es posible para el que cree!”

La Palabra se volvió humana y vivió entre nosotros, y nosotros vimos su gloria, la gloria del único hijo del Padre, lleno de gracia y verdad.

Cuando Jesús escuchó la noticia dijo: “El resultado final de esta enfermedad no será la muerte. A través de esto, será revelada la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado”.

Isaías vio la gloria de Jesús y dijo esto en referencia a él.

Jesús respondió: “Ni él, ni sus padres pecaron. Pero para que el poder de Dios pueda manifestarse en su vida,

A través del bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo fue levantado de los muertos por medio de la gloria del Padre, nosotros también podamos vivir una vida nueva.

Así que todos nosotros, con nuestros rostros descubiertos, vemos y reflejamos al Señor como en un espejo. Estamos siendo transformados conforme a la misma imagen del espejo, cuya gloria es cada vez más brillante. Esto es lo que hace el Señor, que es el Espíritu.

Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.




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