Pero el Señor me dijo: ‘Has derramado mucha sangre y has participado en muchas guerras. No debes construir una casa para honrarme porque te he visto derramar mucha sangre en la tierra.
Jehú, hijo de Hanani, el vidente, salió a hacerle frente. Le dijo al rey Josafat: “¿Por qué ayudas a los malvados? ¿Por qué amas a los que odian al Señor? El Señor está enojado contigo por eso.
Les aseguro que hasta que el cielo y la tierra lleguen a su fin, ni una sola letra, ni un solo punto que está en la ley quedarán descontinuados antes de que todo se haya cumplido.
“Mis hermanos y hermanas”, dijo, “Las Escrituras, habladas por el Espíritu Santo a través de David, tenían que cumplirse en cuanto a Judas, quien guio a los que arrestaron a Jesús.
Todos deben obedecer a las autoridades de gobierno, porque nadie tiene el poder de gobernar a menos que Dios se lo permita. Estas autoridades han sido puestas allí por Dios.
Entonces David le preguntó al Señor: “¿Debo perseguir a estos asaltantes? ¿Los alcanzaré?” “Sí, persíguelos”, contestó el Señor, “porque definitivamente los alcanzarás y rescatarás a los prisioneros”.