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Referencias Cruzadas
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Juan 1:38

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Jesús volteó y vio que estos le seguían. “¿Qué están buscando?” les preguntó, “Rabí (que significa ‘Maestro’), ¿dónde vives?” le preguntaron ellos, como respuesta.

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30 Referencias Cruzadas  

¡Qué feliz debe ser tu pueblo! ¡Qué felices los que trabajan para ti, los que están aquí cada día escuchando tu sabiduría!

Solo le pido al Señor una cosa: quiero vivir en la casa del Señor toda mi vida, contemplando la bondad del Señor y pensando en su sano Templo.

Ser amigo de sabios te hará sabio; pero ser amigo de tontos te traerá problemas.

La sabiduría es un árbol de vida para todo el que se aferra a ella, y bendice a todos los que la aceptan.

Felices son los que me escuchan, los que están pendientes en mi puerta para verme llegar.

¡Pero tú, Señor, vives para siempre! ¡Tú gobiernas por todas las generaciones!

Ella tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies del Señor y escuchaba su enseñanza.

Y una gran multitud acompañaba a Jesús. Entonces él se volvió a ellos y les dijo:

Así que partió de allí y se fue a casa de su padre. “Aunque aún estaba lejos, su padre lo vio venir desde la distancia, y su corazón se llenó de amor por su hijo. El padre corrió hacia él, abrazándolo y besándolo.

Cuando Jesús llegó hasta allí, miró hacia arriba y dijo: “¡Zaqueo, bájate de allí pronto! Necesito quedarme en tu casa esta noche”.

Y Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho, y cómo le dijo: “Antes que hoy cante el gallo, me negarás tres veces”.

El hombre que había sido liberado de los demonios le suplicó que lo dejara ir con él, pero Jesús le ordenó que se marchara:

Cuando los dos discípulos escucharon lo que él dijo, fueron y siguieron a Jesús.

“Vengan y vean”, les dijo. Así que ellos se fueron con él y vieron donde vivía. Eran cerca de las cuatro de la tarde, y pasaron el resto del día con él.

“¡Rabí, tu eres el Hijo de Dios, el rey de Israel!” exclamó Natanael.

Ellos se acercaron a Felipe de Betsaida, de Galilea, y le dijeron: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”.

Jesús sabía todo lo que le iba a pasar. Así que fue a recibirlos y preguntó: “¿A quién buscan ustedes?”

Entonces él les preguntó nuevamente: “¿A quién buscan?” “¿Eres tú Jesús de Nazaret?” le preguntaron una vez más.

Él vino por la noche donde Jesús estaba y le dijo: “Rabí, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte Dios, porque nadie podría hacer las señales milagrosas que tú estás haciendo a menos que Dios esté con él”.

Ellos fueron donde Juan y le dijeron: “Rabí, el hombre con el que estabas al otro lado del Jordán, del cual diste un testimonio favorable, ¡mira, ahora está bautizando y todos están acudiendo a él!”

Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban insistiéndole: “¡Maestro, come algo, por favor!”

Cuando lo encontraron al otro lado del mar, le preguntaron, “Maestro, ¿cuándo llegaste acá?”

Entonces Pedro descendió para encontrarse con los tres hombres. “Yo soy a quien buscan”, dijo. “¿Por qué están aquí?”

Es por eso que vine sin ningún problema cuando enviaron a buscarme. Así que ahora quiero saber la razón por la cual me mandaron a buscar”.

Pero Rut contestó: “Por favor, no sigas pidiéndome que te deje y vuelva. Donde tú vayas, yo iré. Donde tú vivas, viviré yo. Tu pueblo será mi pueblo. Tu Dios será mi Dios.




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