Cuando Josué terminó de hablarle al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban los siete cuernos de carnero en presencia del Señor, comenzaron a soplar los cuernos, con el Arca tras ellos.
Algunos de los hombres armados marchaban delante de los sacerdotes haciendo sonar los cuernos, mientras que otros seguían el Arca, haciendo sonar los cuernos continuamente.