De esta manera se completó toda la obra del rey Salomón para el Templo del Señor. Luego Salomón trajo los objetos que su padre David había dedicado, los objetos especiales de plata, el oro y el mobiliario del Templo, y los colocó en la tesorería del Templo del Señor.
Nabucodonosor tomó todos los tesoros del Templo del Señor y del palacio real, y cortó todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el Templo del Señor, como el Señor había dicho que sucedería.
El rey David dedicó estos regalos al Señor, junto con la plata y el oro que había tomado de todas las naciones siguientes: Edom, Moab, los amonitas, los filisteos y los amalecitas.
Selomot y sus parientes estaban a cargo de todos los tesoros de todo lo que había sido dedicado por el rey David, por los jefes de familia que eran los comandantes de millares y de centenas, y por los comandantes del ejército.
Selomot y sus parientes también se encargaron de las ofrendas dedicadas al Señor por Samuel el vidente, Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia. Todas las ofrendas dedicadas eran responsabilidad de Selomot y sus parientes.
También le dio todo lo que había planeado para los atrios de la casa del Señor, para todas las habitaciones circundantes, para los tesoros de la casa de Dios y de las cosas que habían sido dedicadas.
el pueblo trajo fielmente sus ofrendas, diezmos y regalos dedicados. El levita Conanías era el responsable de ellos, y su hermano Simei era el segundo al mando.
“Un sacerdote descendiente de Aarón acompañará a los levitas cuando recojan el diezmo, y los levitas deberán llevar un diezmo de estos diezmos a las salas del almacén del Templo de nuestro Dios.
Ebed-melec tomó a los hombres y se dirigió al almacén bajo el palacio. Tomó de allí algunos trapos y ropas viejas y se dirigió a la cisterna donde los bajó con cuerdas a Jeremías.
Pueblo de Sión, levántate y comienza a trillar, porque yo haré para ti bocinas de hierro, y pezuñas de bronce para que hagas pedazos muchas naciones. Tu presentarás el botín y su riqueza al Señor de toda la tierra.
Llevaron los prisioneros, el saqueo y el pillaje a Moisés, al sacerdote Eleazar y al resto de los israelitas donde estaban acampados en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
Los jefes de los sacerdotes tomaron las monedas de plata y dijeron: “Este es dinero de sangre, es contra la ley poner este dinero en la tesorería del Templo”.
Jesús se sentó al otro lado de la alcancía de la tesorería del Templo, mientras veía a la gente echando las monedas. Muchos ricos que estaban allí daban mucho dinero, de manera extravagante.
Israel ha pecado y ha quebrantado mi acuerdo, el cual les ordené cumplir. Se han llevado algunas de las cosas que me habían apartado; han actuado con deshonestidad; han escondido los objetos robados junto con sus propias pertenencias.