En los últimos tiempos, aunque Saúl era el rey, tú eras el verdadero líder de Israel. El Señor, tu Dios, te ha dicho: ‘Tú serás el pastor de mi pueblo, y tú serás el jefe de mi pueblo Israel’”.
Establezcan un límite alrededor de la montaña y adviértanles: ‘Tengan cuidado y no intenten subir a la montaña, ¡ni siquiera la toquen! Porque cualquiera que toque la montaña seguramente morirá. No toquen a ninguna persona o animal que haya tocado la montaña.
Entonces Moisés dijo al Señor: “Discúlpame, pero no soy bueno con las palabras, ni lo he sido en el pasado, ni desde que comenzaste a hablar conmigo, tu siervo. Soy de hablar lento y no digo las cosas bien”.
El lugar de incineración ha sido preparado hace mucho tiempo, listo para el rey. Su pira fúnebre es profunda y ancha, y tiene mucho fuego y leña. El soplo del Señor le prende fugo, como un torrente de azufre ardiente.
Esto es lo que dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel, yo soy el Señor, tu Dios. Yo soy el que te enseña lo que es bueno para ti, el que te guía por el camino que debes seguir.
diciéndoles: “Cuando vean el Arca del Pacto del Señor su Dios siendo llevada por los sacerdotes, los levitas, deben salir del lugar donde estén y seguirla.