Si los israelitas tienen cuidado de seguir todo lo que les he ordenado hacer -todas las leyes, mandamientos y reglamentos, dados por medio de Moisés- entonces no los haré abandonar la tierra que les concedí a sus antepasados”.
El mensaje constante ha sido: Dejen sus malos caminos y las cosas malas que están haciendo para que puedan vivir en el país que el Señor les ha dado a ustedes y a sus antepasados para siempre.
Así que cambien su forma de actuar y hagan lo que el Señor, su Dios, les diga, para que no tenga que llevar a cabo el desastre que ha anunciado que hará caer sobre ustedes.
En ese momento el pueblo de Judá se unirá al pueblo de Israel, y volverán de la tierra del norte al país que les di a sus antepasados para que lo poseyeran.
Una y otra vez les he enviado a muchos de mis siervos los profetas para decirles ¡Todos, dejen sus malos caminos y hagan lo que es correcto! No sigan a otros dioses ni los adoren. Vivan en la tierra que les di a ustedes y a sus padres. Pero no me han hecho caso ni me han obedecido.
Me dije a mi mismo: “De seguro ellos me respetarán y aceptarán mi correción. Entonces su hogares no serán destruidos para enseñarles la lección”. Pero por el contrario persistes en tu deseo de hacer el mal.
Observen sus preceptos y normas que les doy ahora mismo, para que les vaya bien a ustedes y a sus hijos, y para que tengan una larga vida en el país que el Señor su Dios les da para siempre.