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Referencias Cruzadas
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Jeremías 51:25

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Ten cuidado, porque estoy contra ti, monstruo destructor que arrasa el mundo entero, declara el Señor. Llegaré a atacarte; te haré rodar por los acantilados; te convertiré en una montaña de ceniza.

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18 Referencias Cruzadas  

Y entonces dijeron: “Construyamos ahora una ciudad para nosotros mismos con una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Así lograremos tener una gran reputación y no andaremos dispersos por todo el mundo”.

Aunque camine entre muchos problemas, tú me proteges. Llegas a donde mí y me defiendes de la ira de los que me odian, tus manos fuertes me salvan.

Levanten un estandarte en la cima de una colina desnuda; grítenles; agiten la mano para animarlos a entrar en los palacios de los príncipes.

Sin embargo, cuando terminen estos setenta años, voy a castigar al rey de Babilonia y a esa nación, el país de Babilonia, por su pecado, declara el Señor. Los destruiré por completo.

miren cómo convoco a todo el pueblo del norte, declara el Señor. Voy a enviar a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que ataque a este país y a la gente que vive aquí, y a todas las naciones de los alrededores. Los destinaré a la destrucción. Voy a destruirte totalmente, y la gente se horrorizará de lo que te ha ocurrido y se burlará de ti.

En su ira, el Señor abrió su arsenal para sacar sus armas, porque esto es lo que el Señor Dios Todopoderoso está haciendo en el país de Babilonia.

¡Cuidado, porque estoy contra ustedes, pueblo arrogante! declara el Señor Dios Todopoderoso. Ha llegado el momento en que te castigaré.

Aunque Babilonia pudiera subir al cielo para fortalecer sus altas fortalezas, los que yo envíe a atacarla la destruirán, declara el Señor.

Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Las enormes murallas de Babilonia serán derribadas hasta los cimientos y sus altas puertas serán quemadas. Todo lo que el pueblo trabajó no servirá para nada; las otras naciones que vinieron a ayudar se agotarán, sólo para ver que lo que han hecho arderá en llamas.

En otro tiempo, Babilonia era una copa de oro que el Señor tenía en su mano. Ella emborrachó a toda la tierra. Las naciones bebieron su vino y por eso se volvieron locas.

Él dijo: “¡Yo fui quien construyó esta gran ciudad de Babilonia! Por mi propio gran poder la construí como mi residencia real para mi majestuosa gloria!”

Aún los obstáculos grandes como montañas serán aplastados ante Zorobabel. Finalmente traerá la piedra angular con gritos de ‘¡Bendiciones sobre ella!’”

Sin embargo, el día del Señor vendrá, y será inesperadamente, como la venida de un ladrón. Los cielos explotarán con un rugido atronador, y los elementos se destruirán al ser consumidos. La tierra y todo lo que hay en ella se desvanecerá.

Y el segundo ángel hizo sonar su trompeta. Y sucedió que algo semejante a una gran montaña de fuego ardiente fue lanzada al mar. Y una tercera parte del mar se convirtió en sangre,




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