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Referencias Cruzadas
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Jeremías 51:16

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Las aguas de los cielos llueven con estruendo por orden suya. Él hace que las nubes se eleven por toda la tierra. Hace que el rayo acompañe a la lluvia, y envía el viento desde sus almacenes.

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24 Referencias Cruzadas  

Pero Dios no se había olvidado de Noé y de todos los animales salvajes y el ganado que estaba con él en el arca. Dios envió un viento fuerte sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.

Lo hace para cumplir su voluntad, ya sea para disciplinar o para mostrar su bondad.

“¿Has estado donde se guarda la nieve? ¿Has visto dónde se guarda el granizo?

¿Eres tan poderoso como yo? ¿Truena tu voz como la mía?

pero a tu orden las aguas huyeron; al sonido de tu trueno corren.

Él levanta las nubes sobre la tierra, hace los relámpagos y las lluvias, envía los vientos desde sus almacenes.

Entonces con su voz de mando la hace derretir. Él sopla y el agua fluye.

La voz del Altísimo se escuchó como un trueno en el cielo. Entre el granizo y las brasas ardientes.

Las naciones están en confusión, Los reinos colapsan. Dios levanta su voz y la tierra se estremece.

¡Canten al que cabalga por los cielos, su fuerte voz suena como el trueno!

Luego hizo soplar un viento desde el Este, y por su poder también hizo soplar el viento que viene del Sur.

Moisés extendió su bastón sobre Egipto, y durante todo ese día y noche el Señor envió un viento del este que soplaba sobre la tierra. Cuando llegó la mañana, el viento del Este había traído las langostas.

El Señor cambió la dirección del viento, de modo que un fuerte viento del Oeste arrastró a las langostas hasta el Mar Rojo. No quedó ni una sola langosta en ningún lugar de Egipto.

Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y durante toda la noche el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, y convirtió el fondo del mar en tierra firme. Así que el agua se dividió,

El ruido que hacían las alas de los querubines podía oírse incluso en el patio exterior, y sonaba como la voz de Dios Todopoderoso.

¿No son los etíopes tan importantes para mi como lo son ustedes, pueblo de Israel? – pregunta el Señor. Sí, yo saqué a los israelitas de la tierra de Egipto, pero también saqué a los filisteos de Creta, así como a los sirios los saqué de Quir.

Pero el Señor envió sobre el mar un viento fuerte que creó una tormenta, y amenazaba con destruir el barco.

Entonces, cuando el sol salió en lo alto, Dios mandó un viento del este, y el sol quemó la cabeza de Jonás, por lo que Jonás desmayaba y deseaba morir. “¡Prefiero morir que estar vivo!” dijo.




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