La gente llora al subir a Luhit, y al bajar a Joronayin resuenan sus gritos tristes ante la destrucción.
Lloro por Moab. Los refugiados moabitas corren hasta Zoar y hasta Eglat-selisiya. Llorando suben a la colina de Luhith; llorando por su destrucción recorren el camino hacia Horonaim.
Escuchen los gritos de Joronayin: “¡Violencia y terrible destrucción!”
Moab será aplastado. Oigan a los pequeños que claman por ayuda.