Señor, cuando me quejo ante ti, siempre demuestras tener la razón. Aun así, quiero presentarte mi caso. ¿Por qué les va tan bien a los malvados? ¿Por qué viven tan cómodamente los que te son infieles?
y se los entregué a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maseías. Hice esto en presencia de mi primo Hanamel, de los testigos que habían firmado la escritura de venta, y de todo el pueblo de Judá que estaba sentado allí en el patio de la guardia.
Esto es lo que el profeta Jeremías le dijo a Baruc hijo de Nerías cuando escribió en un pergamino estos mensajes que le dictaba Jeremías. (Esto sucedió en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá).