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Referencias Cruzadas
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Jeremías 20:10

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He oído a mucha gente murmurar: “¡Él es el que dice que el terror está en todas partes! ¡Hay que denunciarle! Denunciar lo que hace!” Todos mis buenos amigos están esperando que cometa un error. “Tal vez cometa un error para que podamos derrotarlo y vengarnos de él”, dicen.

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35 Referencias Cruzadas  

Entonces Jezabel le envió un mensajero a Elías para decirle: “¡Que los dioses me hagan tanto y más si para mañana no he hecho que tu vida sea como la de los que mataste!”

“¿Así que has venido a buscarme, mi enemigo?” preguntó Acab a Elías. “Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo que es malo a los ojos del Señor”, respondió Elías.

Diles que estas son las instrucciones del rey: ‘Pongan a este hombre en la cárcel. Denle sólo pan y agua hasta mi regreso seguro’”.

“Sí, hay otro hombre que podría consultar al Señor”, respondió el rey de Israel, “pero no me gusta porque nunca profetiza nada bueno para mí, ¡siempre es malo! Se llama Micaías, hijo de Imá”. “No deberías hablar así”, dijo Josafat.

Todos mis amigos más cercanos me desprecian, y los que amaba se han vuelto contra mí.

Escucho a mucha gente susurrando cosas sobre mí. El terror me rodea. Ellos conspiran juntos contra mí, planeando matarme.

Pero pongo mi confianza en ti, Señor, diciendo, “¡Tú eres mi Dios!”

Pero tú, Señor, ¡compadécete de mí! ¡Haz que me recupere para que pueda tomar venganza!

Incluso mi mejor amigo, en el que confiaba, el que compartía su comida conmigo, ahora se ha vuelto en mi contra.

¡Me rodean los leones que comen hombres, y soy forzado a vivir con ellos! Sus dientes son como lanzas y flechas, y sus lenguas como espadas.

Todo el que oculta su odio miente, y todo el que difama es un tonto.

los que dicen cosas para engañar a otros y hacerlos pecar, los que atrapan a la gente con argumentos legales en los tribunales, los que mienten para engañar a los inocentes.

Ellos lucharán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estaré allí para rescatarte”, declara el Señor.

Yo era como una ovejita confiada a la que llevan al matadero. No sabía que habían conspirado contra mí. Dijeron: “Destruyamos el árbol junto con todo lo que produce. Matémoslo para que nadie recuerde su nombre”.

Esto es lo que dice el Señor acerca de la gente de Anatot que trata de matarte, diciéndote: “No profetices en nombre del Señor, o te mataremos”.

Algunos decidieron: “Necesitamos un plan para lidiar con Jeremías. Todavía habrá sacerdotes para explicar la ley, todavía habrá sabios para dar consejos, y todavía habrá profetas para dar profecías. Organicemos una campaña de desprestigio contra él para no tener que escuchar una palabra de lo que dice”.

Al día siguiente, cuando Pasur hizo que soltaran a Jeremías del cepo, éste le dijo: “El Señor no te llama Pasur (despedazar), sino Magor-misabib (el terror está en todas partes).

Sin embargo, cuando llegó a la puerta de Benjamín, el capitán de la guardia, que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, lo detuvo diciendo: “¡Desertas a los babilonios!”

¡No vayas al campo! ¡No caminen por el camino! ¡El enemigo está armado con espadas! El terror está en todas partes”.

Viven entre ustedes personas que acusan falsamente a otros para darles muerte. También tienes a los que comen comidas religiosas en santuarios paganos en las montañas, y cometen actos inmorales dentro de la ciudad.

Como resultado, los otros ministros principales y gobernadores provinciales trataron de encontrar un pretexto contra Daniel en cuanto a la forma en que dirigía el reino. Pero no pudieron encontrar ningún motivo de queja ni de corrupción, pues él era digno de confianza. No pudieron descubrir ninguna prueba de que Daniel fuera negligente o corrupto.

Así que esperando la oportunidad, enviaron espías que se hicieron pasar por hombres sinceros. Ellos trataban de sorprender a Jesús diciendo algo que les permitiera entregarlo al poder y autoridad del gobernador.

Tampoco pueden probarle a usted ninguna de sus demás acusaciones contra mí.

Y cuando el concilio escuchó esto, se pusieron furiosos y querían matarlos.

Cuando oyeron esto, los miembros del concilio se enfurecieron, y le hacían gruñidos, crujiendo sus dientes.




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