De la misma manera que un ladrón se siente culpable cuando es atrapado, así el pueblo de Israel ha sido avergonzado. Todos ellos: sus reyes, sus funcionarios, sus sacerdotes y sus profetas.
Desde el tiempo de nuestros antepasados hasta ahora, hemos sido profundamente culpables. A causa de nuestros pecados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados a los reyes de la tierra, asesinados y hechos prisioneros, robados y humillados, como lo somos hoy.
Ustedes se avergonzarán de cómo disfrutaban de su culto pagano en medio de los árboles de roble; se avergonzarán porque eligieron los jardines de placer de los ídolos.
Todo el que hace ídolos debería avergonzarse. Los fabricantes de ídolos son sólo seres humanos. Reúnanlos a todos y pónganlos de pie, temblando de vergüenza.
Todos los que hacen ídolos son estúpidos; esas cosas que tanto aman no les aportan ningún beneficio. Esa gente que cree en ídolos no puede ver esto, y no sabe nada, lo que los hace parecer tontos.
El viento se llevará a todos tus “pastores”, y tus amantes irán al exilio. Entonces serás avergonzada y deshonrada por todas las cosas malas que has hecho.
por todas las cosas malas que hizo el pueblo de Israel y de Judá y que me hicieron enojar: sus reyes y funcionarios, sus sacerdotes y profetas, todos los que viven en Judá y Jerusalén, todos
¿No solían los moabitas ridiculizar a los israelitas? Pero nunca se descubrió que fueran ladrones, ¿verdad? Sin embargo, cada vez que hablan de ellos, mueven la cabeza con desprecio.
“Sus sacerdotes pervierten mi ley y hacen impuras mis cosas sagradas. No distinguen entre lo santo y lo ordinario, y no separan lo limpio de lo impuro. Se olvidan de mis sábados y hacen que la gente no me respete.
“Yo he enviado esta maldición y entrará a la casa del ladrón, y a la casa del que jura con mentiras en mi nombre, declara el Señor Todopoderoso. La maldición permanecerá en esa casa y destruirá tanto las vigas como los ladrillos”.