Ve y anuncia al pueblo de Jerusalén que esto es lo que dice el Señor: Recuerdo cuán devoto a mi eras cuando eras joven. Recuerdo cómo me amabas cuando eras mi novia. Recuerdo cómo me seguiste en el desierto, en una tierra donde no se cultiva nada.
El profeta que tenga un sueño debe decir que es sólo un sueño, pero cualquier persona a la que le haya hablado debe entregar mi mensaje fielmente. ¿Qué es la paja en comparación con el grano? pregunta el Señor.
Le devolveré los viñedos y convertiré el Valle de Acor en una puerta de esperanza. Ella me responderá de la misma manera que lo hizo cuando era joven, como cuando salió de Egipto.