El lugar de incineración ha sido preparado hace mucho tiempo, listo para el rey. Su pira fúnebre es profunda y ancha, y tiene mucho fuego y leña. El soplo del Señor le prende fugo, como un torrente de azufre ardiente.
Diles: Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Voy a destrozar esta nación y esta ciudad, como se destroza una vasija de barro para que no se pueda reparar jamás. La gente enterrará a sus muertos en Tofet hasta que se llene.
El límite pasaba entonces por el valle de Ben-Hinón, a lo largo de la ladera sur de los jebuseos, (es decir, Jerusalén), y luego subía a la cima de la montaña que domina el valle de Hinón hasta el extremo norte del valle de Refayín.