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Referencias Cruzadas
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Jeremías 19:2

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y pasa por la Puerta de la Cerámica Rota hasta el valle de Ben-hinom. Anuncia este mensaje que te doy.

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19 Referencias Cruzadas  

Profanó el altar de Tofet, en el valle de Ben-Hinom, para que nadie pudiera sacrificar a su hijo o hija en el fuego a Moloc.

Quemó sacrificios en el valle de Ben Hinnom y sacrificó a sus hijos en el fuego, siguiendo las prácticas repugnantes de los pueblos que el Señor había expulsado antes de los israelitas.

Sacrificó a sus hijos quemándolos hasta la muerte en el Valle de Ben-hinnom. Practicaba la hechicería, la adivinación y la brujería, y visitaba a médiums y espiritistas. Hizo mucho mal a los ojos del Señor, haciéndolo enojar.

El siguiente era Sadoc, hijo de Imer, que trabajaba frente a su casa, y el siguiente era Semaías, hijo de Secanías, el guardia de la Puerta Oriental.

“No digas que eres demasiado joven”, me dijo el Señor. “Ve a todos los lugares que yo te mande. Diles todo lo que te ordeno que digas.

Entonces el Señor me dijo: Ve y anuncia públicamente todo este mensaje en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo Presta atención a los términos de este acuerdo y haz lo que dicen.

Baja enseguida a la casa del alfarero. Allí te daré mi mensaje.

Esto es lo que dice el Señor: Ve y ponte de pie en el patio del Templo y entrega todo el mensaje que te he ordenado dar a todos los que vengan de todos los pueblos de Judá a adorar allí. No omitas ni una sola palabra.

Ahora ve y anuncia este mensaje al norte: Vuelve, Israel infiel, declara el Señor. No me enfadaré más contigo, porque soy misericordioso, declara el Señor. No me enfadaré para siempre.

Han construido santuarios paganos a Baal en el Valle de Hinom para poder sacrificar a sus hijos e hijas quemándolos en el fuego. Esto es algo que nunca ordené. Nunca se me ocurrió hacer algo tan horrible y hacer al pueblo de Judá culpable de pecado.

Ve y ponte a la entrada del Templo del Señor, y entrega este mensaje: Escuchen lo que el Señor tiene que decir, todos ustedes de Judá que entran por estas puertas para adorar al Señor.

“Ve de inmediato a la gran ciudad de Nínive, y anúnciales el mensaje que te doy”.

Lo que yo les digo aquí en la oscuridad, díganlo a la luz del día, y lo que han oído como un susurro en sus oídos, grítenlo desde las azoteas.

No dudé en enseñarles todo lo que Dios desea que ustedes sepan.

“¡Vayan al Templo y cuenten a la gente todas las cosas acerca de este nuevo estilo de vida!” les dijo.

El límite pasaba entonces por el valle de Ben-Hinón, a lo largo de la ladera sur de los jebuseos, (es decir, Jerusalén), y luego subía a la cima de la montaña que domina el valle de Hinón hasta el extremo norte del valle de Refayín.




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