¿Por qué permitirás que los egipcios digan ‘los sacó con el malvado propósito de matarlos en las montañas, borrándolos de la faz de la tierra’? Apártate de tu feroz ira. Por favor, arrepiéntete de esta amenaza contra tu pueblo.
Si aprenden honestamente los caminos de mi pueblo y me respetan, haciendo sus votos por mí, tal como una vez enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces les irá bien entre mi pueblo.
Así que cambien su forma de actuar y hagan lo que el Señor, su Dios, les diga, para que no tenga que llevar a cabo el desastre que ha anunciado que hará caer sobre ustedes.
“¿Acaso Ezequías, rey de Judá, o cualquier otra persona del país, lo hizo matar? ¿No respetó Ezequías al Señor y le suplicó? ¿No cambió el Señor de opinión sobre el desastre que había anunciado contra ellos? Pero nosotros estamos a punto de provocar un gran desastre”.
Tal vez te escuchen, y cada uno de ellos renuncie a sus malas costumbres, para que yo no tenga que llevar a cabo el desastre que pienso hacer caer sobre ellos a causa de las cosas malas que hacen.
Tal vez cuando el pueblo de Judá se entere de todos los desastres que pienso hacer caer sobre ellos, todos dejarán de hacer sus malas acciones. Entonces perdonaré su culpa y su pecado.
Si se quedan aquí mismo en este país, entonces los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré, porque estoy muy triste por el desastre que he provocado en ustedes.
“Diles: En mi vida, declara el Señor Dios, no me produce ningún placer que los malvados mueran. ¡Me gustaría que dejaran de pecar y vivieran! ¡Dejen de pecar! ¿Por qué han de morir, pueblo de Israel?
“Por eso, hijo de hombre, dile a tu pueblo: Todas las cosas buenas que haya hecho una persona buena no la salvarán cuando peque; mientras que las cosas malas que haya hecho una persona mala no serán un problema para ella si deja de pecar. Pero las personas buenas no vivirán si empiezan a pecar.
“Si le digo a una persona buena que vivirá y luego confía en su bondad y comienza a pecar, entonces no se recordará ninguna de las cosas buenas que hizo; morirá a causa de los pecados.
¿Cómo podría abandonarte, Efraín? ¿Cómo podría dejarte ir, Israel? ¿Cómo podría hacer contigo lo mismo que con Adamá? ¿Cómo podría tratarte como a Seboín? Mi corazón se hace pedazos, y reboso en compasión.
Aborrezcan el mal y amen el bien. Asegúrense de que gane la justiciar en las cortes. Quizás el Señor Dios de poder tenga misericordia de los que quedan entre el pueblo de Jacob.
Y oró al Señor y le dijo: “Señor, ¿no era esto lo que yo te decía cuando estaba en mi casa? ¡Por eso huí a Tarsis desde el principio! Porque yo sabia que eres un Dios misericordioso y compasivo, muy paciente y lleno de amor, que se arrepiente de enviar el desastre.
El Señor va a reivindicar a su pueblo; será misericordioso con sus siervos cuando vea que no les quedan fuerzas y que todos se han ido, ya sean esclavos o libres.
Cuando el Señor proveyó a Israel de jueces, estuvo con cada juez y salvó al pueblo de sus enemigos durante la vida de ese juez, porque el Señor se compadecía de su pueblo, que gemía bajo sus opresores y perseguidores.