Jeremías 18:23

Versión Biblia Libre

Pero, Señor, tú conoces todas sus conspiraciones para intentar matarme. No perdones su maldad; no borres su pecado. Derríbalos. Trata con ellos cuando estés enojado!

Referencias Cruzadas

Salmos 119:126

Señor, ya es hora de que actúes respecto a estas personas que han quebrantado tus leyes.

Salmos 35:4

¡Avergüénzalos! ¡Humilla a esos que tratan de matarme! ¡Hazlos volver! ¡Deshonra a aquellos que planean herirme!

Salmos 56:8

Has mantenido la pista de todas mis andanzas. Has recogido todas mis lágrimas en tu botella. Has mantenido un registro de cada una.

Salmos 59:5

Tú eres Dios, el Señor todopoderoso, Dios de Israel. Levántate, y castiga a todas las naciones. No tengas misericordia de esos traidores. Selah.

Isaías 10:3

¿Qué van a hacer el día en que sean castigados, cuando el desastre caiga sobre ustedes desde lejos? ¿A quién vas a correr para que te ayude? ¿Dónde vas a dejar toda tu riqueza?

Isaías 2:9

Este pueblo será abatido y humillado: ¡Señor, no los perdones!

Jeremías 11:23

No quedará nadie porque traeré el desastre sobre el pueblo de Anatot en el momento en que sea castigado.

Jeremías 15:15

Tú sabes lo que me pasa, Señor. Por favor, acuérdate de mí y cuida de mí. Castiga a mis perseguidores. Por favor, ten paciencia, ¡no me dejes morir! Tú sabes que soporto las críticas porque quiero honrarte.

Jeremías 17:18

Avergüenza a mis perseguidores, pero no a mí. Aterrorízalos a ellos, pero no a mí, haz que experimenten el tiempo de la angustia, y hazlos pedazos.

Jeremías 17:4

Tendrás que renunciar a la tierra que te di. Haré que tus enemigos te conviertan en sus esclavos en un país desconocido, porque has hecho arder mi ira, que arderá para siempre.

Jeremías 18:18

Algunos decidieron: “Necesitamos un plan para lidiar con Jeremías. Todavía habrá sacerdotes para explicar la ley, todavía habrá sabios para dar consejos, y todavía habrá profetas para dar profecías. Organicemos una campaña de desprestigio contra él para no tener que escuchar una palabra de lo que dice”.

Jeremías 26:11

Los sacerdotes y los profetas se quejaron ante los dirigentes y todo el pueblo: “Este hombre merece la pena de muerte porque ha cometido traición profetizando contra esta ciudad. Ustedes mismos lo oyeron”.

Jeremías 26:8

En cuanto terminó de decir todo lo que el Señor le había ordenado, los sacerdotes y profetas y todo el pueblo lo agarraron, gritando: “¡Morirás por esto!

Jeremías 37:15

Los oficiales estaban furiosos con Jeremías. Hicieron que lo golpearan y lo encerraran en la casa del escriba Jonatán, que había sido convertida en prisión.

Jeremías 38:4

Los oficiales le dijeron al rey: “Este hombre merece morir porque está desmoralizando a los defensores que quedan en la ciudad, y también a todo el pueblo, al decirles esto. Este hombre no trata de ayudar a esta gente, sólo va a destruirla”.

Jeremías 6:15

¿Se avergonzaron de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergonzaron en absoluto, ni siquiera pudieron sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.

Jeremías 6:21

Así que esto es lo que dice el Señor: Voy a poner bloques delante de esta gente para hacerla tropezar. Padres e hijos caerán muertos, amigos y vecinos también.

Jeremías 7:20

Esto es lo que dice el Señor: ¡Mira! Mi ira se derramará sobre este país, sobre las personas y los animales, sobre los huertos y las cosechas del campo. Arderá y nadie podrá apagarlo.

Jeremías 8:12

¿Se avergüenzan de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergüenzan en absoluto, ni siquiera son capaces de sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.

Lamentaciones 3:60

Has observado lo vengativos que son y las veces que han conspirado contra mí.

Lamentaciones 3:61

Señor, tú has oído cómo me han insultado y lo que han tramado contra mí,

Lucas 21:22

Porque estos son días de castigo, cumpliendo todo lo que está escrito.

Romanos 2:5

Ahora por tu corazón endurecido y tu rechazo al arrepentimiento, estás empeorando tu situación para el día de la recompensa, cuando se demuestre la rectitud del juicio de Dios.