a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus funcionarios, destruyéndolos de tal manera que la gente se horrorizaba de lo que les ocurría y se burlaba de ellos y los maldecía (y todavía hoy están así);
(Porque el Señor restaurará el esplendor del pueblo de Jacob, así como restaurará el esplendor de Israel, pues los invasores los han saqueado y han destruido su tierra.)
Ese día no serás avergonzado por lo que hiciste al rebelarte contra mi, porque yo quitaré de entre tu pueblo a los orgullosos y jactanciosos. Nunca más mostrarás orgullo en mi monte santo.
“Les aseguro, que este hombre se fue a su casa justificado ante los ojos de Dios y no el otro. Porque los que se exaltan serán humillados, pero los que se humillan serán exaltados”.
Jóvenes, hagan lo que los ancianos les dicen. Sin duda deberían todos servirse unos a otros con humildad, porque “Dios aborrece a los orgullosos, pero obra en favor de los humildes”.