Jeremías 13:17

Versión Biblia Libre

Pero si te niegas a escuchar, lloraré secretamente por dentro a causa de tu orgullo. Mis lágrimas se derraman porque el rebaño del Señor ha sido capturado.

Referencias Cruzadas

Salmos 119:136

Mis lágrimas corren por mi rostro mientras lloro por los que no guardan tu ley.

Salmos 80:1

Por favor escúchanos, pastor de Israel, tú, que guías a los descendientes de José como a un rebaño. Tú, que te sientas en tu trono sobre los querubines, brilla

Isaías 63:11

Entonces ellos pensó en los días de antaño, cuando Moisés sacó a su pueblo de Egipto. Gritaron: ¿Dónde está el que llevó a Israel a través del mar, junto con los pastores de su rebaño? ¿Dónde está el que puso su Espíritu Santo en medio de su pueblo?

Jeremías 14:17

Esto es lo que debes decirles: Las lágrimas brotan de mis ojos sin cesar, de día y de noche, porque mi pueblo ha sido aplastado por un duro golpe, una herida realmente grave.

Jeremías 15:17

No me uní a un grupo de burlones mientras se divertían. Me quedé solo porque me has llamado, y me has llenado de indignación.

Jeremías 17:16

Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.

Jeremías 22:5

Pero si te niegas a obedecer lo que digo, entonces juro por mí, declara el Señor, que este palacio será convertido en escombros.

Jeremías 23:1

Qué desgracia les espera a los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi prado! declara el Señor.

Jeremías 23:2

Esto es lo que el Señor, el Dios de Israel, dice de los pastores que debían cuidar a mi pueblo: Ustedes han dispersado mi rebaño. Los han ahuyentado y no los han cuidado, así que ahora me ocuparé de ustedes por todo el mal que han hecho, declara el Señor.

Jeremías 9:1

Cómo quisiera que mi cabeza fuera un manantial de agua, y mis ojos una fuente de lágrimas. Entonces lloraría día y noche por todo mi pueblo que ha sido asesinado.

Lamentaciones 1:16

“Por eso lloro. Lágrimas brotan de mis ojos porque no hay nadie que me consuele, ni nadie que me haga sentir mejor. No queda nada para mis hijos porque el enemigo nos ha conquistado”.

Lamentaciones 1:2

Llora amargamente durante toda la noche, y las lágrimas ruedan por sus mejillas. A pesar de todos los amantes que tiene, nadie viene a consolarla. Traicionada por todos sus amigos, que ahora son sus enemigos.

Lamentaciones 1:9

Su impureza contamina sus faldas. No pensó en lo que pasaría. Su caída fue un increíble, y nadie estuvo allí para consolarla. “¡Por favor, Señor, mira cuánto estoy sufriendo, porque el enemigo ha ganado!”, dice ella.

Lamentaciones 2:18

El pueblo clama al Señor desde el fondo de su corazón. Hija de Sión, deja que tus muros derramen lágrimas como un río todo el día y la noche. No te detengas, sigue llorando.

Lamentaciones 3:48

Las lágrimas brotan de mis ojos por la muerte de mi pueblo.

Ezequiel 24:16

“Hijo de hombre, mira, estoy a punto de quitarte a quien más quieres. Va a morir. Pero no debes lamentarte ni llorar. No llores ninguna lágrima.

Ezequiel 34:31

“Ustedes son mis ovejas, las ovejas que yo apaciento. Ustedes son mi pueblo, y yo soy su Dios, declara el Señor Dios”.

Ezequiel 36:38

Al igual que todos los rebaños que son llevados a Jerusalén para ser sacrificados durante las fiestas religiosas, así las ciudades que una vez fueron demolidas se llenarán de rebaños de personas. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.

Ezequiel 9:4

“Recorre toda la ciudad de Jerusalén y pon una marca en la frente de los que suspiran y se lamentan por todos los pecados repugnantes que se cometen allí”.

Malaquías 2:2

Si no escuchan y si no disponen su corazón para honrarme, dice el Señor Todopoderoso, yo enviaré maldición sobre ti, y maldeciré tus bendiciones. De hecho, ya las he maldecido porque ustedes no han abierto sus corazones para oír mi palabra.

1 Samuel 15:11

“Lamento haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha hecho lo que le ordené”. Samuel se molestó y clamó al Señor durante toda la noche.

1 Samuel 15:35

Hasta el día de su muerte, Samuel no volvió a visitar a Saúl. Samuel se lamentó por Saúl, y el Señor se arrepintió de haber hecho a Saúl rey de Israel.