Han vuelto a los pecados de sus antepasados, que se negaron a obedecer lo que yo decía. Han ido a adorar a otros dioses. El pueblo de Israel y de Judá ha roto el acuerdo que hice con sus antepasados.
Esta gente malvada se niega a escuchar lo que les digo. Siguen su propio pensamiento obstinado y malvado y corren a adorar a otros dioses; serán como este taparrabos, completamente inútil.
No será como el acuerdo que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de Egipto. Ellos rompieron ese acuerdo, aunque yo les fui fiel como un esposo, declara el Señor.
Así que tienes que decirles: “Esta es la nación que se negó a escuchar lo que dijo el Señor, su Dios, y no quiso aceptar la disciplina del Señor. La verdad se ha extinguido; la gente ni siquiera habla de ella.
Además de todas sus prácticas ofensivas, ustedes invitaron a extranjeros inconversos y paganos para entrar en mi santuario. Hiciste impuro mi Templo incluso mientras me ofrecías comida, la grasa y la sangre. Rompiste mi acuerdo.
Pero ella se rebeló contra mis reglas, actuando con más maldad que las naciones, y desafió mis reglamentos más que los países que la rodean. Su pueblo rechazó mis reglas y se negó a seguir mis normas.
Se vuelven, pero no al Altísimo. Son como un arco defectuoso. Sus líderes morirán a espada por causa de sus maledicencias. Por eso serán ridiculizados en Egipto.
No sean como sus padres. Ellos recibieron advertencia de los profetas: ¡Abandonen sus malos caminos y sus malas acciones! Pero no escucharon ni me prestaron atención, dice el Señor.
El Señor le dijo a Moisés, “Te unirás a tus ancestros en la muerte, y este pueblo se prostituirá adorando a los dioses extranjeros del país en el que están por entrar. Me abandonarán y romperán el pact que he hecho con ellos.
¡Recuerda cómo provocaste al Señor tu Dios en el desierto! No lo olvides nunca! Desde que dejaste la tierra de Egipto hasta que llegaste aquí, te has rebelado constantemente contra el Señor.
No será como el pacto prometido que hice con los ancestros cuando los llevé de la mano fuera de la tierra de Egipto. Porque ellos no cumplieron con su parte en la relación que habíamos acordado, y por eso los abandoné, dice el Señor”.
Pero aun así, se negaban a escuchar a sus jueces y se prostituyeron siguiendo a otros dioses, inclinándose ante ellos. Rápidamente abandonaron el camino que habían seguido sus antepasados, y no obedecieron los mandamientos del Señor como lo habían hecho sus antepasados.
Pero cuando el juez moría, el pueblo recaíay hacía cosas incluso peores que sus antepasados, siguiendo a otros dioses y adorándolos. Se negaron a dejar lo que hacían y se aferraron a sus costumbres obstinadas.
“Lamento haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha hecho lo que le ordené”. Samuel se molestó y clamó al Señor durante toda la noche.