Ahora por tu corazón endurecido y tu rechazo al arrepentimiento, estás empeorando tu situación para el día de la recompensa, cuando se demuestre la rectitud del juicio de Dios.
¡Claro que no! Incluso si todos los demás mienten, Dios siempre dice la verdad. Como dice la Escritura: “Quedará demostrado que tienes la razón en lo que dices, y ganarás tu caso cuando seas juzgado”