“¡No, será tu esposa Sara quien te dará un hijo!” respondió Dios. “Lo llamarás Isaac. Yo guardaré mi pacto con él y con sus descendientes como un pacto eterno.
Yo te prometo guardar mi pacto contigo, y con tus descendientes, por todas las generaciones futuras. Este es un pacto eterno. Yo siempre seré tu Dios y el Dios de tus descendientes.
“¿No es así mi familia con Dios? Porque él ha hecho un acuerdo eterno conmigo, detallado y con todas las partes garantizadas. Se asegurará de salvarme y de darme todo lo que quiero.
Ven aquí y presta atención, para que puedas vivir de verdad. Voy a hacer un acuerdo contigo que durará para siempre, basado en el amor confiable que le mostré a David.
Haré un acuerdo de paz con ellos. Será un acuerdo eterno. Los haré seguros y aumentaré su número, y mantendré mi santuario allí con ellos para siempre.
Ahora pues, que el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, y lo hizo con la sangre de un pacto eterno,