Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas
- Anuncios -




Génesis 8:1

Versión Biblia Libre

Pero Dios no se había olvidado de Noé y de todos los animales salvajes y el ganado que estaba con él en el arca. Dios envió un viento fuerte sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.

Ver Capítulo Copiar

35 Referencias Cruzadas  

Cuando Dios destruyó las ciudades del valle, no se olvidó de la promesa que le había hecho a Abraham, y salvó a Lot de la destrucción de las ciudades donde él vivía.

Entonces Dios prestó atención a Raquel, y escuchó sus plegarias, y la ayudó a tener hijos.

y también con todos los animales —las aves, el ganado y todos los animales salvajes de la tierra, así como todo animal que estuvo en el arca.

Dios mío, por favor, acuérdate de mí por esto. Por favor, no olvides las buenas acciones que he hecho por el Templo de mi Dios y sus servicios.

Entonces les dije a los levitas que se purificaran y vinieran a vigilar las puertas para santificar el día de reposo. Dios mío, por favor, acuérdate también de mí por haber hecho esto, y sé misericordioso conmigo a causa de tu amor digno de confianza.

Dios mío, acuérdate de ellos y de lo que hicieron, violando el sacerdocio y el acuerdo solemne de los sacerdotes y levitas.

También dispuse que se suministrara madera para el altar en los tiempos especificados, y que se donara la primera parte de los productos. Dios mío, acuérdate de mí favorablemente.

Si Dios retiene las aguas, todo se seca; si las suelta, la tierra se inunda.

“Quisiera que me escondieran en el Seol; escóndeme allí hasta que tu ira desaparezca. Fija allí un tiempo definido para mí, y acuérdate de mi.

Porque él recordó su pacto santo con su siervo Abraham.

Acuérdate de mi, por favor, cuando seas generoso con tu pueblo; piensa en mí cuando vengas a salvar.

El Señor nos recordará y será bueno con nosotros. Él bendecirá a Israel, bendecirá a los descendientes de Aarón.

Señor, acuérdate de David, y todo por lo que él pasó.

Se acordó de nosotros, incluso aunque estábamos siendo humillados. Porque su gran amor perdura para siempre.

Señor, recuerda lo que el pueblo de Edom hizo el día que Jerusalén cayó, ellos dijeron “¡Destrúyanla! ¡Destrúyanla hasta los cimientos!”

El Señor se sienta en su trono sobre las aguas tormentosas; el Señor es el Rey eternal.

Tu bondad es como las más altas montañas, tu justicia como los océanos más profundos. Señor, tú salvas tanto a las personas como a los animales.

Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y durante toda la noche el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, y convirtió el fondo del mar en tierra firme. Así que el agua se dividió,

Pero tú soplaste con tu aliento y el mar los arrastró. Se hundieron como el plomo en las aguas revueltas.

Dios escuchó sus gemidos y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac, y Jacob.

Así como el viento del norte trae la lluvia, las personas calumniadoras hacen enojar.

Cuando ordene a las aguas profundas: ‘¡Sécate!’ ¡me aseguraré de que los ríos se sequen!

Una sequía ha golpeado sus ríos, y se secarán. Porque es un país lleno de imágenes paganas. Estos horribles ídolos vuelven locos a sus adoradores.

El Señor Dios, de quien se enorgullecen los descendientes de Jacob, ha hecho un juramento: No olvidaré el mal que han hecho.

¿No debería yo estar preocupado por la gran ciudad de Nínive, donde habitan ciento veinte mil personas que no saben dónde está su derecha y dónde está su izquierda, sin mencionar a los animales?”

Él da la orden y el mar se seca, así mismo seca todos los ríos. Basán y Carmelo se marchitan; la prosperidad del Líbano se desvanece.

He oído lo que se dice de ti, Señor. Me impresiona tu obra. Señor, revívela en nuestros tiempos; haz que en nuestro tiempo sea conocida tu obra. En tu ira, por favor, acuérdate de tu misericordia.

Pasarán a través del mar de la angustia y golpearán las olas del mar, y las aguas del Nilo se secarán. El orgullo de Asiria quedará destruido, y Egitpto perderá su poder.

“Cuando estés en tu propia tierra y tengas que ir a la batalla contra un enemigo que te haya atacado, toca la señal de alarma y el Señor tu Dios no te olvidará: te salvará de tus enemigos.

El ángel del Señor le preguntó: “¿Por qué golpeaste a tu burro tres veces? Escucha, he venido a enfrentarme a ti porque estás siendo obstinado.

La gran ciudad fue dividida en tres. Las ciudades de las naciones quedaron destruidas. Y se recordó, en presencia de Dios, que Babilonia, la grande, debía recibir la copa llena con el vino de su hostilidad.

Sus pecados se han acumulado hasta llegar al cielo, y Dios no olvida su maldad.

A la mañana siguiente, Elcana y Ana se levantaron temprano para adorar al Señor y luego se fueron a su casa en Ramá. Elcana hizo el amor con su esposa Ana, y el Señor accedió a su petición.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos