Judá le dijo a su padre Israel: “Envía al muchacho bajo mi cuidado, y nos iremos inmediatamente, para que podamos seguir vivos y no morir, ¡y eso te incluye a ti, a nosotros y a nuestros hijos!
“¡Ahora apúrense! Vuelvan donde está mi padre y díganle: ‘Este mensaje es de tu hijo José: Dios me ha hecho gobernante de todo Egipto. Ven a mí ahora, sin tardar.
Por aquel entonces Ezequías cayó muy enfermo y estaba a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, se dirigió a él y le dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, porque vas a morir. No te recuperarás”.