Cuando el jefe de los panaderos vio que la interpretación era positiva, le dijo a José: “Yo también tuve un sueño. Tenía tres cestas de pasteles en mi cabeza.
Una noche, mientras estaban en la cárcel, el copero y el panadero del rey de Egipto tuvieron un sueño. Eran sueños diferentes, cada uno con su propio significado.
Señor, por favor responde a mi oración y a las oraciones de los que aman adorarte. Por favor, permíteme tener éxito hoy y haz que el rey simpatice conmigo’”. Yo era el copero del rey.