Caín se acostó con su esposa y ella quedó embarazada. Y tuvo un hijo llamado Enoc. En ese tiempo Caín estaba construyendo una ciudad, y le puso el mismo nombre que su hijo Enoc.
Y entonces dijeron: “Construyamos ahora una ciudad para nosotros mismos con una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Así lograremos tener una gran reputación y no andaremos dispersos por todo el mundo”.
Absalón, en vida, había hecho una columna de piedra y la había erigido en el Valle del Rey como monumento a sí mismo, pues pensaba: “No tengo un hijo que mantenga vivo el recuerdo de mi nombre”. Le puso su nombre al pilar, y aún hoy se llama Monumento a Absalón.
Él dijo: “¡Yo fui quien construyó esta gran ciudad de Babilonia! Por mi propio gran poder la construí como mi residencia real para mi majestuosa gloria!”