Entonces Judá le dijo a su nuera Tamar, “Ve a la casa de tu padre y vive allí como una viuda hasta que mi hijo Selá crezca”. Porque pensó: “Quizá él también muera, como sus hermanos”. Así que Tamar se fue y se quedó en la casa de su padre.
Judá los reconoció de inmediato y dijo: “Ella ha honrado la ley más que yo, porque no la entregué en matrimonio a mi hijo Selá”. Y no volvió a acostarse con Tamar.
Los hijos de Judá: Er, Onán y Selá: a estos tres los dio a luz la hija de Súa, una mujer cananea. Er, el primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del Señor, por lo que le quitó la vida.
Los hijos de Selá hijo de Judá: Er, que fue el padre de Leca; Laada, que fue el padre de Maresa; las familias de los trabajadores del lino en Beth Asbea;