Se acercó a ella a un lado de la carretera y le dijo: “Quiero acostarme contigo”. Pero no sabía que era su nuera. “¿Qué me darás si te dejo dormir conmigo?” preguntó ella.
Normalmente todas las prostitutas reciben pago, pero tú eras la que les daba regalos a todos tus amantes. Incluso los sobornaste para que vinieran de todas partes y tuvieran relaciones sexuales contigo.
No traigas a la casa del Señor tu Dios ningún dinero de una prostituta, ya sea mujer u hombre, con el fin de cumplir una promesa al Señor, porque ambos son ofensivos para el Señor tu Dios.
Pues el deseo de ser ricos conduce a muchas clases de malos resultados. Algunos de los que anhelaban esto se han apartado de la verdad, y se han causado daño a sí mismos, experimentando gran dolor.