“Escucha, mi señor, tú eres un príncipe muy respetado entre nosotros. Elige el mejor lugar para sepultar a tu difunta. Ninguno de nosotros se opondrá”.
Que los pueblos de distintas naciones te sirvan y se inclinen ante ti. Que todos los que te maldigan sean malditos, y que sean benditos todos los que te bendigan”.
Entonces Isaac le contestó a Esaú: “Lo he hecho tu señor, y he dicho que todos sus parientes serán sus siervos. He declarado que no le faltará el grano ni el nuevo vino. ¿Qué puedo dejar para ti, hijo mío?”
y tengo ganado, asnos, ovejas y cabras, así como esclavos y esclavas. He enviado a estos mensajeros para explicarte esto, mi señor, esperando que te alegresde verme”.
“¿Para qué eran todos los animales que encontré en el camino?” Preguntó Esaú. “Son un regalo para ti, mi señor, para que me trates bien”, respondió Jacob.
Si hicieras lo correcto, te verías contento. Pero si no haces lo correcto, el pecado será como animales agazapados en la puerta de tu casa, listos para atacarte. El pecado desea apoderarse de ti, pero tú debes mantener el control”.
Así que, llevando cilicio en la cintura y cuerdas en la cabeza, fueron y se rindieron al rey de Israel, y le dijeron: “Tu siervo Ben Adad te pide: ‘Por favor, déjame vivir’”. El rey respondió: “¿Sigue vivo? Lo considero mi hermano”.
Esto es lo que debes hacer: Sal de ese compromiso, porque te has puesto bajo el poder de esa persona. Ve donde tu vecino con toda humildad y pídele que te libre de ese compromiso.