Pidieron una bendición sobre ella diciendo: “Nuestra querida hermana, que seas la madre de miles de descendientes, y que tus hijos conquisten a sus enemigos”.
“Soy Esaú, tu hijo mayor”, le dijo Jacob a su padre. “Hice lo que me pediste. Por favor, siéntate y come la carne de caza que hice para ti, para que puedas bendecirme”.
Entonces dijo: “Hijo mío, tráeme de la comida de caza que me has preparado para comer, y así podré darte mi bendición”.Así que Jacob trajo para su padre Isaac comida para comer y vino para beber.
Entonces Jacob se inclinó y lo besó, e Isaac pudo oler la ropa que Jacob estaba usando. Así que procedió a darle su bendición, pensado para sí: “El olor de mi hijo es como el olor de un campo que el Señor ha bendecido”.
También había preparado una comida de buen sabor, y se la trajo a su padre. Entonces Esaúle dijo a Isaac, “Siéntate padre, y come de mi carne de caza para que puedas bendecirme”.
Entonces Simeón los bendijo, y dijo a María la madre de Jesús: “Este niño está destinado para hacer que muchos en Israel caigan y muchos otros se levanten. Es una señal de Dios que muchos rechazarán,