“Yo soy un extranjero, un extraño que vive entre ustedes”, les dijo. “Por favor, permítanme comprar un lugar de sepultura para que pueda sepultar a mi difunta esposa”.
“Escucha, mi señor, tú eres un príncipe muy respetado entre nosotros. Elige el mejor lugar para sepultar a tu difunta. Ninguno de nosotros se opondrá”.