Además dijo: “¿Habría podido alguien decirle a Abraham que Sara tendría que dar de mamar a un hijo suyo? ¡Y ahora he tenido un hijo de Abraham aún su vejez!”
Tres días más tarde era el cumpleaños del Faraón, y organizó un banquete para todos sus oficiales. Hizo que el copero y el panadero jefe fueran liberados de la prisión y llevados allí ante sus oficiales.
Entonces Saalomón se despertó y se dio cuenta de que había tenido un sueño. Volvió a Jerusalén y se puso delante del Arca del Pacto del Señor y presentó holocaustos y ofrendas de paz, y celebró un banquete para todos sus funcionarios.
En el tercer año de su reinado organizó una fiesta para sus funcionarios y administradores. Los comandantes del ejército de Persia y Media, los nobles y los funcionarios provinciales estaban allí con él.
“Dejen que les diga un acertijo”, les dijo Sansón. “Si pueden encontrar su significado y explicármelo durante los siete días de la fiesta, yo les daré treinta mantos de lino y treinta mudas de ropa.
Cuando hubo destetado al niño, Ana se lo llevó junto con un novillo de tres años, un efa de harina y un odre con vino. Aunque el niño era pequeño, lo llevó al Templo del Señor en Silo.
Cuando Abigail volvió a casa de Nabal, éste estaba en la casa, de fiesta como un rey. Se sentía muy alegre y estaba muy borracho. Así que ella no le dijo nada hasta la mañana.