Génesis 2:7

Versión Biblia Libre

Entonces el Señor formó al hombre Adán con polvo de la tierra. Y sopló en sus fosas nasales el aliento de vida, y Adán se convirtió en un ser vivo.

Referencias Cruzadas

Génesis 1:27

Así que Dios creó a los seres humanos según su propia imagen. Los creó a la imagen de Dios, como varón y hembra.

Génesis 2:6

El rocío brotaba de la tierra y hacía que la superficie del suelo estuviera húmeda.

Génesis 3:19

Tendrás que sudar para cultivar suficiente comida hasta que mueras y regreses a la tierra. Porque fuiste hecho del polvo de la tierra, y al mismo polvo regresarás”.

Génesis 3:23

Así que el Señor los expulsó del jardín de Edén. Envió a Adán a cultivar el suelo del cual él mismo fue hecho.

Génesis 7:22

Murió todo ser vivo que estaba sobre la tierra y que podía respirar.

Job 27:3

mientras tenga vida, mientras el aliento de Dios permanezca en mis fosas nasales,

Job 33:4

El espíritu de Dios me hizo, y el aliento del Todopoderoso me da vida.

Job 33:6

Ante Dios los dos somos iguales. Yo también fui hecho de un pedazo de arcilla.

Job 4:19

¿cuánto más los que viven en estas casas de barro, cuyos cimientos se basan en el polvo, que se deshacen como la ropa por causa de la polilla?

Salmos 100:3

¡Sepan que el Señor es Dios! Él nos creó, y le pertenecemos. Somos su pueblo, el rebaño por el cual se preocupa.

Salmos 103:14

Porque él sabe cómo fuimos hechos; él recuerda que somos solo polvo.

Proverbios 20:27

La luz del Señor brilla en la conciencia, revelando nuestros más profundos pensamientos.

Eclesiastés 12:7

Entonces el polvo vuelve a la tierra de la que salió, y el aliento de vida vuelve a Dios que lo dio.

Eclesiastés 3:7

Tiempo de romper, y tiempo de reparar. Tiempo de callar, tiempo de hablar.

Isaías 2:22

No se molesten en confiar en los seres humanos que sólo viven por un corto tiempo. ¿Acaso qué valor tienen?

Isaías 64:8

Pero tú, Señor, eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, tú eres el alfarero. Nos has hecho con tus propias manos.

Lamentaciones 4:20

El rey, el ungido del Señor, el “aliento de vida” de nuestra nación, fue atrapado y capturado por ellos. Habíamos dicho de él: “Bajo su protección viviremos entre las naciones”.

Ezequiel 37:5

Esto es lo que el Señor Dios dice a estos huesos: Soplaré aire en ustedes y volverán a la vida.

Ezequiel 37:6

Les daré tendones y haré que les crezca carne y los cubriré con piel. Les insuflaré aire para que vuelvan a la vida. Entonces sabrás que yo soy el Señor”.

Zacarías 12:1

Una profecía: Este mensaje vino del Señor, respecto a Israel, una declaración del Señor que extendió los cielos, y quien estableció los cimientos de la tierra y puso aliento de vida en os seres humanos.

Números 16:22

Pero Moisés y Aarón cayeron al suelo boca abajo y dijeron: “Dios – Diosde todo lo que vive – si es un solo hombre el que peca, ¿tienes que enfadarte con todos?”

Números 27:16

“Que el Señor, el Dios que da la vida a todos los seres vivos, elija un hombre que guíe a los israelitas

Juan 20:22

Mientras decía esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.

Hechos 17:25

Él no necesita que le sirvamos, como si él necesitara de alguna cosa, porque él es la fuente de vida de todo ser vivo.

Romanos 9:20

Y esa no es manera de hablar, porque ¿quién eres tú, —un simple mortal—, para contradecir a Dios? ¿Puede alguna cosa creada decirle a su creador: “por qué me hiciste así?”

1 Corintios 15:45

Como dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser vivo;” pero el último Adán, en un espíritu que da vida.

1 Corintios 15:47

El primer hombre vino del polvo de la tierra; el segundo vino del cielo.

2 Corintios 4:7

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para demostrar que este poder supremo proviene de Dios y no de nosotros.

2 Corintios 5:1

Sabemos que cuando esta “tienda de campaña” terrenal en la que vivimos sea derribada, tenemos una casa preparada por Dios, no hecha por manos humanas. Es eterna, y está en el cielo.

1 Timoteo 2:13

Pues Adán fue creado primero, y luego Eva.

Hebreos 12:9

Porque si respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinan, ¿cuánto más deberíamos estar sujetos a la disciplina de nuestro Padre espiritual, que nos conduce a la vida?