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Referencias Cruzadas
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Génesis 15:2

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Pero Abrán respondió: “Señor Dios, ¿De qué me beneficiará cualquier cosa que me des? No tengo hijos, y el único heredero de todo lo que tengo es Eliezer de Damasco”.

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21 Referencias Cruzadas  

Allí dividió a sus hombres en grupos y atacaron por la noche, venciendo al enemigo y persiguiéndolos hasta llegar a Hobá, al norte de Damasco.

Después de todo esto, Dios habló con Abrán en una visión, y le dijo: “¡No tengas miedo, Abrán! ¡Yo soy tu protector, y tu gran recompensa!”

Y Abrán continuó, expresando tu queja: “¡Mira, no me has dado hijos, y me toca darle toda mi herencia a un sirviente de mi casa!”

Entonces el siervo preparó diez camellos de su señor para llevar todo tipo de regalos de parte de Abraham y se fue hacia la ciudad de Nacor, en Aram-Najaraim.

Y Abraham le dijo a su siervo más viejo que estaba a cargo de toda su casa: “Pon tu mano bajo mi muslo,

Isaac oró al Señor pidiendo su ayuda en favor de su esposa porque no podía tener hijos. El Señor respondió su oración y ella quedó embarazada.

¡Nadie en esta casa tiene más autoridad que yo! No me ha ocultado nada excepto a ti, porque eres su esposa. Entonces, ¿cómo podría hacer algo tan malo como esto, y pecar contra Dios?”

Así que fueron y hablaron con el supervisor de la casa de José en la entrada de la casa.

José le ordenó al mayordomo de la casa: “Llena los sacos de los hombres con todo el grano que puedan contener y pon el dinero de cada hombre en la parte superior de su saco.

Ciertamente los hijos son un regalo del Señor, porque la familia es una bendición.

La esperanza que se tarda puede causar malestar, pero un deseo cumplido puede darte vida nuevamente.

Un siervo que actúa con sabiduría se hará cargo del hijo que ha caído en desgracia, y compartirá la herencia de la familia con los hermanos.

Un mensaje sobre Damasco. Mira, Damasco dejará de existir como ciudad. En cambio, se convertirá en un montón de ruinas.

les daré, en mi casa y dentro de mis muros, un lugar para recordarlos y una reputación mejor que la de los hijos e hijas. Les daré una reputación eterna que nunca se desvanecerá.

Una profecía sobre Damasco: Las ciudades de Hamat y Arpad están perturbados, porque han recibido malas noticias. Están temerosos, inquietos como el mar. Nada puede calmar sus preocupaciones.

Dios no le dio a Abrahán una herencia aquí, ni siquiera un metro cuadrado. Pero Dios le prometió a Abrahán que le daría a él y a sus descendientes la posesión de la tierra, aunque no tenía hijos.

“La joven es una moabita que volvió con Noemí de Moab”, respondió el criado.

Allí hizo un voto, pidiendo: “Señor Todopoderoso, si tan sólo te fijas en el sufrimiento de tu sierva y te acuerdas de mí, y no me olvidas, sino que me das un hijo, lo dedicaré al Señor durante toda su vida, y ninguna navaja de afeitar tocará su cabeza”.




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