Todas estas fueron las tribus descendientes de los hijos de Noé, según su descendencia y naciones. A partir de estos ancestros se formaron las distintas naciones de la tierra que se expandieron en todo el mundo después del diluvio.
Los descendientes de estos ancestros se esparcieron por las áreas costeras, cada grupo con su propio idioma, con sus failias que se convirtieron en diferentes naciones.
Y entonces dijeron: “Construyamos ahora una ciudad para nosotros mismos con una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Así lograremos tener una gran reputación y no andaremos dispersos por todo el mundo”.
Maldigo su ira porque es demasiado dura; maldigo su furia porque es demasiado cruel. Separaré a sus descendientes a través de Jacob; los dispersaré por todo Israel.