La luna tendrá vergüenza y el sol ocultará su rostro abochornado, porque el Señor Todopoderoso reinará con gloria en el monte Sión y en Jerusalén en presencia de sus dirigentes.
Mira los cielos. ¿Quién ha creado todo esto? Él dirige las estrellas como un ejército, y llama a cada una por su nombre. Porque tiene un gran poder y una fuerza increíble, no falta ni una sola de ellas.
Esto es lo que dice el Señor, que dispone el sol para alumbrar durante el día, que pone en orden la luna y las estrellas para alumbrar por la noche, que hace que el mar se agite para que sus olas rujan; su nombre es el Señor Todopoderoso:
“Pero justo después de estos días de persecución, el sol se oscurecerá, la luna no brillará, las estrellas caerán del cielo, y las potencias del cielo se conmoverán.
Cuando miren al cielo y vean el sol, la luna y las estrellas -todos los cuerpos celestes- no se sientan tentados a inclinarse ante ellos. No los adoren como todas las demás naciones de la tierra en la forma que el Señor ha permitido.