El Señor hizo lo que Moisés le pidió. Las ranas de las casas, los patios y los campos murieron.
Su misión era ayudar a los descendientes de Aarón en el servicio de la casa del Señor. Eran responsables de los patios y las habitaciones, de la limpieza de todas las cosas sagradas y del trabajo del servicio de la casa de Dios.
Dio la orden, y las moscas se esparcieron por toda la tierra; los mosquitos estaban por todas partes.
Las ranas los dejarán y abandonarán sus casas, las casas de tus funcionarios y detodo tu pueblo, y sólo permanecerán en el Nilo”.
Moisés y Aarón dejaron al Faraón, y Moisés le suplicó al Señor por las ranas que había enviado contra el Faraón.
El pueblo las recogió montón tras montón, y todo el país olía fatal.