“Ve y habla con el Faraón, rey de Egipto. Dile que deje a los israelitas salir de su país”.
Ahora debes irte, porque yo te envío donde el Faraón para que saques a mi pueblo Israel de Egipto”.
Pero esto es lo que debes decirle al Faraón: ‘Esto es lo que dice el Señor: Israel es mi hijo primogénito.
Te ordené que dejaras ir a mi hijo para que pueda adorarme. Pero te negaste a liberarlo, así que ahora mataré a tu hijo primogénito’”.
Después de esto, Moisés y Aarón fueron donde el Faraón y le dijeron: “Esto es lo que el Señor, el Dios de Israel dice: ‘Deja ir a mi pueblo para que me haga una fiesta religiosa en el desierto’”.
“Desde que fui a ver al Faraón para hablar en tu nombre, él ha sido aún más duro con tu pueblo, ¡y no has hecho nada para salvarlo!”
El Señor le dijo a Moisés:
le dijo: “Yo soy el Señor. Dile al Faraón, rey de Egipto, todo lo que te digo”
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Mira, te haré parecer como Dios ante el Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.