El candelabro estaba hecho de oro martillado desde su base hasta los adornos florales de la parte superior, de acuerdo con el diseño que el Señor había mostrado a Moisés.
“Nuestros antepasados tenían el Tabernáculo del testimonio en el desierto. Dios le había dicho a Moisés cómo tenía que hacerlo, siguiendo el modelo que había visto.
Pero el lugar donde ellos sirven es una copia, una mera sombra de lo que hay en el cielo. Y eso fue lo que Dios le dijo a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: “Ten cuidado de hacer todo conforme al modelo que se te mostró en la montaña”.
De modo que si las copias de lo que hay en el cielo necesitaban limpiarse de esta manera, las cosas que están en el cielo necesitaban limpiarse con mejores sacrificios.