Si el hombre que la eligió para sí no está satisfecho con ella, debe dejar que sea comprada de nuevo. No podrá venderla a los extranjeros, ya que ha sido injusto con ella.
“Tan pronto como te deje, oraré al Señor”, respondió Moisés, “y mañana las moscas dejarán al Faraón y a sus oficiales y a su pueblo. Pero el Faraón debe asegurarse de no volver a ser mentiroso, negándose después a dejar que el pueblo vaya a ofrecerle sacrificios al Señor”.
¿Hay algún hombre aquí que esté comprometido con una mujer y no se haya casado con ella? Puede irse a casa, de lo contrario podría morir en la batalla y otro hombre se casaría con ella”.
Pero su padre y su madre le respondieron: “¿No puedes encontrar una joven de nuestra tribu o de nuestro propio pueblo? ¿Tienes que ir donde los filisteos paganos para conseguir una esposa?” Pero Sansón le dijo a su padre: “Sólo búscamela, ella es la que me gusta”.
Lo que cantaban enojó mucho a Saúl, pues no le pareció bien. Se dijo a sí mismo: “A David le han dado el crédito de haber matado a decenas de miles, pero a mí sólo a miles. Lo único que falta es darle el reino”.