De este modo, el decreto de Ester confirmó estas prácticas relativas a Purim, que se inscribieron en el registro oficial.
El rey Jerjes impuso impuestos en todo el imperio, incluso en sus costas más lejanas.
(Por eso estos días se llaman Purim, de la palabra Pur.) Como resultado de todas las instrucciones de la carta de Mardoqueo, y de lo que habían visto, y de lo que les había sucedido,