“Hemos hecho exactamente lo que nos dijo nuestro antepasado Jonadab hijo de Recab. Ninguno de nosotros ha bebido nunca vino, y eso incluye a nuestras esposas y a nuestros hijos e hijas, así como a nosotros.
En otro tiempo, Babilonia era una copa de oro que el Señor tenía en su mano. Ella emborrachó a toda la tierra. Las naciones bebieron su vino y por eso se volvieron locas.