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Referencias Cruzadas
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Esdras 5:12

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Pero nuestros antepasados hicieron enojar al Dios del cielo, por lo cual los entregó a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo, quien destruyó este Templo y deportó al pueblo a Babilonia.

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28 Referencias Cruzadas  

Entonces el Señor envió bandas de asaltantes contra Judá para destruirlos. Vinieron de Babilonia, Aram, Moab y Amón, tal como el Señor había dicho por medio de sus siervos los profetas.

En el noveno año del reinado de Sedequías, el décimo día del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, atacó Jerusalén con todo su ejército. Acampó alrededor de la ciudad y construyó rampas de asedio contra las murallas.

Nabucodonosor llevó al exilio en Babilonia a los que no habían sido asesinados. Fueron esclavos para él y sus hijos, hasta que el reino de Persia tomó el control.

Por eso el Señor se airó con su pueblo, odió a aquellos que le pertenecían.

Me enojé con mi pueblo y abandoné a los que me pertenecían. Te los entregué. Pero no les mostraste misericordia; incluso maltrataste a los ancianos.

¿No debería yo castigarlos por todo esto? declara el Señor. ¿No debo tomar represalias por lo que ha hecho esta nación?

Este es el mensaje que el profeta Jeremías dio a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maseías, cuando acompañó al rey Sedequías de Judá a Babilonia en el cuarto año del reinado de Sedequías. Seraías era el asistente personal del rey.

El día diez del mes quinto, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, entró en Jerusalén Nabuzaradán, comandante de la guardia, oficial del rey de Babilonia.

Pero nosotros hemos pecado, hemos hecho el mal. Hemos actuado con maldad, nos hemos rebelado contra ti. Nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.

Entonces los abandonaré y me alejaré de ellos, por lo tanto serán destruidos, y experimentarán muchos desastres y problemas. “En ese momento dirán: ‘¡Estamos sufriendo estos desastres porque nuestro Dios nos ha abandonado!’

¿Cómo podría un hombre perseguir a mil, o dos hacer huir a diez mil, si su Roca de protección no los hubiera vendido, si el Señor no los hubiera entregado?

Como el Señor se enojó con Israel, los entregó a los invasores que los saquearon. Los vendió a sus enemigos de alrededor, enemigos a los que ya no podían resistir.

Así que el Señor los vendió a Jabín, rey de Canaán, que gobernaba desde Hazor. Su comandante del ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim.

Pero los israelitas hicieron lo que era malo a los ojos del Señor. Así que el Señor los entregó a los madianitas durante siete años.




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